Capítulo 2
Capítulo 2: El capitán retirado
A las 15:00 horas, la tranquila plaza San Duque fue irrumpida por un grupo de alumnos hablando todo lo alto que podían. Era la hora de volver a sus casas para comer. Mikel y sus amigos salían juntos, como siempre.
-Yo esta tarde tengo que ir al entrenamiento de fútbol -informó Jon.
-¿Y si quedamos un rato antes de que te vayas a entrenar? -propuso Mikel.
-Eso es, quedamos un rato y hablamos sobre el tema de la búsqueda -dijo Nía apoyando la idea.
-Esta bien, pero estaremos poco tiempo, que entre que como mis macarrones y preparo la bolsa, igual saco media hora antes del entrenamiento -dijo Jon aceptando la idea.
Una hora después Mikel estaba sentado en un banco en la plaza,
esperando a sus amigos, hasta que Jon llegó corriendo a toda velocidad. Se notaba que no quería perder ni un segundo.
-¿No viene Nía contigo? -preguntó Mikel extrañado.
-No, la he llamado por teléfono y no responde -respondió Jon- ¿Y Will?
-Dice que tiene que hacer los deberes de la academia de francés -informó Mikel.
Los chicos se alejaron de la plaza, y se dirigieron al campo deportivo de Sain, donde se realizaban los entrenamientos de la mayoría de deportes en el pueblo. Allí los dos se sentaron en las escaleras de la entrada, y comenzaron a hablar.
-Este lugar me trae recuerdos siempre que lo veo -dijo Mikel con un tono nostálgico.
-Lo tuyo con el baloncesto fue una pena -dijo Jon.
-No me gusta hablar de eso. Será mejor cambiar de tema -dijo Mikel.
Como todos saben, basta con decir que no quieres hablar sobre algo para acabar hablando todavía más de ello. Y esta no iba a ser la excepción. Mikel oyó como alguien le llamaba, y se giró para ver de quién se trataba. Cuando lo vió, su estómago se revolvió. Era un chico bajito de unos 13 años, que corría hacía él con una expresión eufórica.
-¡Mikel, cuánto tiempo sin verte! -exclamó el niño.
-Hola… ¿Ram? -le saludó Mikel confuso.
-¡Me alegra que te acuerdes de mi nombre! -respondió- ¿Quieres ver cómo he mejorado?
-Ahora no, Ram, no me apetece… -dijo Mikel.
-Venga, por favor… -rogó el niño.
-Bueno, vale. Muestrame tu habilidad -aceptó finalmente Mikel.
Mike acompañó a Ram al campo de baloncesto, donde había un par de canastas bastante altas. Una vez allí, ram comenzó a hacer varios trucos, como pasar la pelota por debajo de las piernas. Mikel le miraba atentamente, pero su mirada parecía perdida. De repente, una pelota apareció de la nada, golpeando a Ram en la cara. Mikel recuperó la conciencia, y buscó con la mirada al culpable de aquello. Aunque no tardó mucho en encontrarlo. Un chico un poco mayor que Ram estaba riendo ruidosamente tras Mikel.
-Eso le pasa por creído -se burló el chico, seguido de una carcajada.
-¿Y tú quién eres? -preguntó Mikel tratando de calmarse.
-Mark Lomer, capitán del equipo de baloncesto de Sain -respondió el chico con un tono orgulloso- Si no eres de mi equipo, puedes ir largandote de aquí, novato.
-¿Novato? -repitió Mikel, esbozando una sospechosa sonrisa- ¿Quieres decir que eres mejor que yo?
-¿Acaso tienes la más mínima duda? -dijo Lomer.
-Bueno, se me ocurre que, para librarme de dudas, podríamos echar un partidito -propuso Mikel con mucha seguridad.
Lomer recogió la pelota del suelo, lanzándole una mirada asesina a Ram, y se la dió a Mikel.
-Te dejo que saques tú -dijo Lomer muy seguro de sí mismo- Y si quieres, puedes aliarte con Ram. El resultado no cambiará.
Mikel soltó una carcajada, y negó la oferta. Se colocó debajo de una de las canastas, y comenzó a hacer botar la pelota. Por su parte, Lomer se colocó en el centro del campo, esperando a su adversario. Mikel comenzó a caminar lentamente hacia Lomer, mientras llevaba la pelota botando, pasándola de una mano a la otra. Lomer se preparó para su defensa, y, cuando vió que Mikel estaba a punto de pasar por al lado suyo, alargó su brazo, tratando de robar la pelota. Sin embargo, Mikel, haciendo gala de unos increíbles reflejos, se giró rápidamente, dándole la espalda a Lomer, quien tuvo que detener su ataque para evitar una falta. Mikel aprovechó esto para echar a correr, alcanzando rápidamente el área rival. Lomer se quedó sorprendido. Mikel alzó uno de sus brazos, y preparó el otro para lanzar la pelota. Ram, mientras tanto, simplemente sonreía.
-Ese es el Mikel que yo recordaba -dijo Ram alegremente.
Mikel pegó un gran salto, y le dió un empujón a la pelota. Esta entró en la canasta sin siquiera tocar el aro. Lomer miraba incrédulo la pelota. Finalmente, se fue corriendo, dejando a Mikel y Ram solos en el campo.
-¡Mikel, ha sido increíble! -exclamó Ram.
-Qué va, he ido muy flojo -aseguró Mikel.
-Deberías de volver al baloncesto… -propuso Ram.
-Ram… Me tengo que ir -dijo Mikel, que se había acordado de que Jon le estaba esperando- Adios.
Ram se despidió de Mikel, quien subió corriendo a la entrada del campo deportivo, donde Jon le esperaba. Jon estaba a punto de preguntarle qué había pasado, cuando se dio cuenta de que Mikel estaba temblando y sudando.
-Has jugado a baloncesto ¿Verdad? -dedujo Jon.
-Si… -confirmó Mikel en voz baja.
-Pero si ya sabes lo que te pasa cuando juegas… -dijo Jon.
-No iba a dejarle pegar a Ram y encima irse de rositas -se justificó Mikel.
-¡Mikel! -exclamó una voz.
Mikel se dio la vuelta, y vió a Ram, mirándolo fijamente.
-Vuelve, por favor -pidió Ram- Sé lo que pasó. Aquel día 19 de diciembre de hace 2 años. Sé lo que pasó en ese partido.
Mikel comenzó a temblar. Jon comenzó a ponerse nervioso, ya que eso podría acabar muy mal. Sin embargo, por suerte, Mikel se calmó, y se fué junto a Jon, dejando a Ram con una mirada muy seria y fría.
Jon se detuvo a mitad del camino, para irse ya al entrenamiento de fútbol. Se despidió de Mikel y se alejó corriendo. Mikel decidió volver a su casa, pero antes de que pudiese dar un paso, logró ver a Nía, y la llamó para llamar su atención. Nía se dió cuenta, y se dirigió a donde estaba Mikel.
-Llevo media hora buscándoos… ¿Dónde está Jon? -preguntó Nía.
-Se ha ido hace nada a entrenar -respondió Mikel.
-¿Eh?¿Tan tarde es? Pues si que he estado rato… -murmuró Nía.
-¿Dónde estabas?
-He ido a la biblioteca del colegio para buscar información con Will -dijo Nía- y ha encontrado bastante información…
-¿Cómo? -dijo Mikel sorprendido- ¿Will estaba contigo? Me dijo que estaba estudiando.
-Pues estaba conmigo en la biblioteca, y hemos encontrado esto…
Nía sacó un libro bastante grande de su mochila: “La autobiografía de Camploy”.
-Una autobiografía que escribió hace un año, estaba bastante escondida -continuó Nía- Cuenta bastantes cosas de sus últimos años.
-Y sabemos que empezó a esconder las llaves hace más de un año -pensó en voz alta Mikel- Tiene que haber alguna pista aquí.
-Eso mismo ha pensado Will, y tenía intención de leerlo, pero no podía porque tenía que terminar el trabajo de literatura, así que me ha pedido que lea un poco, y luego te lo dé a ti para que se lo des a él -explicó Nía.
-¿Has encontrado algo? -preguntó Mikel.
-No, pero sí que he notado una cosa que, aunque es una minucia, es curiosa -dijo Nía, mientras abría el libro por una página marcada por un rotulador- Mira esto.
Nía le mostró a Mikel la página, y le señaló una ilustración. En ella, se veía al señor Nicolás. Estaba muy bien dibujado.
-He estado investigando en internet, y he encontrado la imagen original en la que se basó el dibujante -explicó Nía, mientras buscaba algo en su móvil- Aquí está.
Nía le mostró la foto original, y siendo sinceros, el dibujante lo había clavado. Menos por un detalle.
-Creo que ya sé a qué te refieres… -murmuró Mikel.
-Si te fijas, en la imagen original, Nicolás lleva un montón de cosas encima -señaló Nía- Relojes, gafas, pulseras… Sin embargo, en el dibujo, solo le ilustran dos.
-Una medalla… -continuó Mikel- Y un reloj de muñeca. ¿Crees que..?
-Que por lo menos el reloj es una llave -dijo Nía completando la frase- la medalla lo puedo entender, ya que es el premio que le dieron al mejor profesor del país a sus 43 años, es un elemento importante de su vida. Sin embargo, el reloj no parece tener nada especial.
-¿Y cómo se supone que iba a saber el dibujante algo sobre las llaves si se supone que nadie lo sabía? -preguntó Mikel.
-¿Y quién nos dice que no lo ha dibujado el mismo Nicolás? -dijo Nía con una sonrisa.
Mikel cogió el libro, y lo colocó debajo de su brazo. Se despidió de Nía, y se fue a su casa, donde le esperaba Will. Will le recibió rápidamente, y trató de arrebatarle el libro, pero Mikel no se lo permitió.
-¿Por qué no me has dicho que ibas a la biblioteca? -preguntó Mikel.
-Porque sabía que si ibais vosotros, distraeríais a Nía, y yo necesitaba ayuda para eso -respondió Will, en un tono burlón, pero se notaba que lo decía en serio.
Will subió las escaleras rápidamente, y se encerró en su habitación, mientras que Mikel entró en el salón, y comenzó a jugar a su videojuego favorito, Ultimate Basket Team. El juego era sencillo, partidos de baloncesto en tiempo real. Pero, a pesar de su sencillez, era un gran juego, por su historia.
Al cabo de un rato, Will llamó a Mikel, quien se presentó en la habitación al poco tiempo.
-Tengo información nueva.
Will abrió el libro, y Mikel no pudo evitar fijarse en la gran cantidad de páginas que estaban marcadas por marcapáginas de distintos colores.
-Mira esto -dijo Will señalando algo.
Era otra ilustración de Camploy. Y tenía… el mismo reloj. Pero ya no había ni rastro de la medalla.
-Está claro -dijo Mikel seguro- Ese reloj es una llave.
-Eso es obvio, sale en todas las ilustraciones del libro, no es coincidencia -aclaró Will- La pregunta es… ¿Dónde está ese reloj a día de hoy?
Will comenzó a buscar información en el ordenador, mientras que Mikel buscaba el nombre del reloj.
-El reloj es el modelo Nospe N9. Salió a la venta hace… ¡70 años! -exclamó Mikel sorprendido.
-70 años… Según este libro, Camploy tenía 75 años en la fecha de lanzamiento, por lo que cuando salió ese reloj, tenía… 5 años. Puede que sea un objeto con valor sentimental -dedujo Will.
-Pues será sentimental, porque económico no -murmuró Mikel- Un ejemplar cuesta 7 euros a día de hoy. Sería un buen reloj en sus tiempos, pero no ha envejecido muy bien.
Mikel y Will se dieron cuenta de la hora que era, las 20:45, y bajaron a la cocina para cenar. Sobre la mesa les esperaba la cena. En cuanto la vieron, prácticamente se abalanzaron sobre ella. Ambos estaban hambrientos. Cuando terminaron de cenar, se fueron a su habitación.
-¡La cena estaba deliciosa! -exclamó Will.
-Will ¿Podrías mirar una cosa en el calendario del móvil? -preguntó Mikel.
-Si, dime que quieres mirar.
-Comprueba que día empiezan la temporada de partidos del equipo de Sain -pidió Mikel.
-¿La de fútbol?
-No… la de baloncesto.
Will comprobó extrañado el calendario, y comenzó a buscar aquella fecha.
-Comienza este mismo domingo, dentro de tres días -dijo Will.
-Vale, gracias.
Mikel y Will se metieron en sus camas, y estaban a punto de dormirse, cuando Will hizo un comentario que llamó la atención de su hermano.
-Espero haber hecho bien el trabajo de literatura…
-¡AH! -exclamó de repente Mikel- ¡Se me había olvidado el trabajo de literatura!
Mikel se levantó de su cama de un salto y se sentó frente a su escritorio. Metió la mano en su mochila, y rápidamente sacó una carpeta llena de hojas. Y comenzó a escribir.
Al día siguiente, Will se levantó, y, como siempre, trató de salir de la habitación lenta y silenciosamente. Sin embargo, lo que no esperaba encontrarse era a Mikel dormido en un lugar que no era su cama. Estaba sentado en una silla, apoyando su cabeza en el escritorio.
-Te lo dije -susurró Will.
Nos trasladamos a la hora del recreo, donde la segunda reunión del grupo sin nombre daba comienzo.
-Ayer fuí a la biblioteca… -comenzó Will.
-Sin decirle nada a su hermano -murmuró Mikel.
-... y me encontré con este libro -continuó Will sacando la autobiografía, ignorando el comentario de Mikel- el cual estuve leyendo ayer, y encontré varias cosas de lo más interesantes.
Will explicó la teoría del reloj. Al finalizar, comenzaron a opinar.
-Conque un reloj… -dijo Lelon- ¿Pero cómo vamos a encontrar ese reloj entre los muchos relojes de España?
-Bueno, podemos reducir la búsqueda a un radio de… alrededor de… 1000 km² -trató de animar Nía.
-¿Tan poco? -dijo Beca en tono sarcástico- Si eso me lo recorro yo todos los días en 15 minutos.
-Tambíen sabemos el modelo del reloj -añadió Will- es un Nospe N9. No existen muchos ejemplares en el país a día de hoy.
-La duda es cuantos hay en esos 1000 km² -dijo Mikel.
Poco a poco contaban con más información. Mikel estaba bastante entusiasmado, y sus amigos no lo estaban menos. Ya sabían cómo era la primera llave. O más bien… la segunda.
-¿Sabéis algo más sobre la moneda de ayer? -preguntó Victor, otro compañero de clase.
-No hemos encontrado nada sobre eso -respondió Will- En el libro no se menciona nada sobre una moneda.
Tras esa conversación, los alumnos subieron a su aula, y se sentaron en sus respectivos asientos. Tras ellos, la profesora de literatura, la señora Angelina, una señora de 62 años con una pobre vista, entró a la clase.
-Hoy vais a tener que presentar los trabajos frente a toda la clase -explicó Angelina- Cada presentación debe durar alrededor de 20 minutos. Tendréis que decir en alto todo lo escrito, sin leerlo. ¿Algún grupo voluntario?
Rápidamente, y para la sorpresa de todos, Mikel alzó la mano. Nía, Jon y Will quedaron sorprendidos. EL grupo de Mikel salió al frente de toda la clase.
-¿Por qué has levantado la mano? -preguntó Jon.
-Se me ha ocurrido que puede que veamos algo que antes no habíamos visto -respondió Mikel.
-¿Cómo? -soltó Jon sin entenderlo muy bien.
-¡Claro! Vamos a estar presentando al lado de la mesa del profesor, es el lugar con más papeletas de la clase para ver algo -explicó Will.
-Aunque a veces no lo parezca, en estas ocasiones se nota que Mikel no es para nada tonto -admitió Nía.
Una vez delante de la clase, Mikel comenzó a buscar algo con la mirada. Algo raro, sospechoso… alguna pista. Sin embargo, no encontraba nada.
-Podéis comenzar cuando queráis -dijo la profesora.
-Si… ahora vamos… -respondió Mikel.
El resto de la clase observaba a Mikel sin entender qué estaba haciendo, bueno, el resto menos Beca, quien ya se había dado cuenta de lo que pasaba. Mikel estaba comenzando a frustrarse, por lo que Nía comenzó con su parte. Mikel trató de calmarse, y decidió poner en marcha su segundo plan.
Cuando llegó el momento de que Mikel explicase la literatura del siglo XVII, en vez de eso, desvió un poco el tema.
-Una cosa, profesora… ¿Sabe que un mito del siglo XVII dice que, si miras a un punto fijo durante 30 segundos, tu capacidad lectora mejorará?
-¿En serio?¡Venga chicos, vamos a probarlo! -exclamó la profesora, y después, comenzó a mirar fijamente una esquina de la pizarra.
-Venga, ahora -susurró Mikel- Las personas con tan poca vista, si miran a un punto fijamente, no son capaces de divisar el resto de cosas que pasan a su alrededor. Aprovechemos.
-Buena idea -susurró Jon.
El grupo comenzó a buscar algo por la mesa de profesores. Mientras tanto, Beca trataba de mirar desde su sitio, por si ella veía algo desde su perspectiva que ellos no podían ver.
Finalmente, Mikel encontró una caja pequeña dentro de uno de los cajones de la mesa. Comenzó a observar la caja, y por suerte, encontró la inscripción que buscaba, en la parte inferior de la cajita. “Nospe N9”.
-Tengo algo -susurró Mikel.
-Vale, ahora tenemos que llevarlo a un lugar seguro, como una mochila -dijo Will.
-Imposible, no nos da tiempo, la profesora va a dejar de hacer eso en 5 segundos -dijo Mikel nervioso.
-Pero no podemos quedarnosla nosotros, cuando terminemos va a acercarse a nosotro y la va a ver -dijo Nía.
-¿Y no podemos razonar con ella? Decirla que es para una actividad permitida por el subdirector Shane… -propuso Jon.
-No créo que ni Shane ni Angelina permitan esto en plena presentación de un trabajo… -murmuró Mikel.
-Aquí… -susurró alguien.
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